Leyendo un poco sobre música, en el libro “Mozart: una vida
hacia la libertad” encuentro este texto que me llama poderosamente la atención sobre
el autor del clasicismo:
"En sus costumbres cotidianas, en sus modos de vida y en la expresión concreta
de sus emociones, representaba su lucha por la libertad. Su pasión por las
fiestas de CARNAVAL , que eran y son el
modo socialmente admitido para dar rienda suelta a las ansias de libertad que
anidan en el ser humano ; sus frecuentes veladas lúdicas con amigos y
colaboradores , cuando no estaba atrapado en su pasión como compositor , sus
juegos de palabras en sus cartas , el carácter lúdico que se sugiere en
numerosas composiciones , su amplio sentido del humor , la expresión frecuente
de su alegría y humor en múltiples formas , en sus conversaciones , en sus
cartas , son todos aquellos signos de un vivir en libertad .”
Ya por el siglo XVIII, el carnaval era la muestra de liberación
más significativa de toda Europa, y aunque la idea de la Ilustración no es la
misma que la actual, el carnavalero declara su derecho a expresión en letras,
composiciones originales y las muestra al público. Como hacia Mozart , las veladas
entre amigos y compañeros , son frecuentes en los locales donde se respira
carnaval tras los largos ensayos que se extienden en todo el invierno .
Aunque en tres siglos la idea de carnaval cambie, no deja de
ser el fiel reflejo de que la denuncia social y las ganas de liberación son el
contenido de las piezas que tantos y tantos genios van creando a través de los
años .
De los maestros aprendemos, y lo seguimos haciendo.