Y poco a poco va llegando la hora. Una hora que desde que yo, personalmente,
llevo deseándolo desde bastante tiempo. Como cofrade, mi ilusión desde hace
mucho fue pasar una madrugá en Sevilla y que por diversos motivos, nunca pude cumplir.
Pero desde el 24 de Noviembre del pasado año…. Una ilusión y una idea en el
aire que emanaba desde nuestro sentir más cofrade. Poder cantarla a la
Esperanza de Triana.
La culpa de que yo ahora este nervioso la tienen todos ellos.
Una banda que muchos de ellos se convirtieron en mis amigos y que después de muchos,
los volveré a ver con muchísimas ganas .Y un coro con el que he abrazo las
experiencias vividas. Los sueños se cumplen, y poder cumplir tu ilusión haciendo
lo que te gusta, y sobre todo, a la Reina de los trianeros, no tiene nombre.
Hoy me considero una persona dichosa. Se palpa los nervios y
las ganas.
Me aparto de unas horas de mi Cádiz. La que tanto conozco y
me queda por conocer. Me aparto de su madruga para poder conocer lo que siempre
he querido ver. No estaré por sus barrios porque en Sevilla también tengo amigos,
y es hora de verlos y devolverles el favor tan grande que nos han hecho.
Mañana no estaré, que
mis paisanos me perdonen y nuestros hermanos sevillanos nos inviten a su hospitalidad.
Pero mis sueños y mis ilusiones son lo primero.