viernes, 4 de julio de 2014

La firma de la independiencia

El padre del empirismo y del liberalismo moderno, John Locke,  reflejó fielmente en sus obras una filosofía propia de la ilustración donde la idea predominante era el librepensamiento y el espíritu de republicanismo. Tomando como modelo a dicho autor y sus ideas, hace 238 años se firma en Filadelfia la Declaración de la Independencia americana. El “ comité de los cinco” , llamados así a los padres fundadores de la misma , toman el método de Locke como preámbulo del escrito que propone que la soberanía emana del pueblo; que la propiedad, la vida, la libertad y el derecho a la felicidad son derechos naturales de los hombres, anteriores a la constitución de la sociedad. El 4 de Julio de 1776, se declara a  las Trece Colonias que habían formado en la costa atlántica de América del Norte, completamente independientes al imperio británico, y con ello, una nueva soberanía parlamentaria regida por un presidente o jefe de estado.
El destino de la nueva nación se libró en una guerra con Inglaterra que fue difícil para los estadounidenses durante los tres primeros años. Después, con la ayuda de franceses y españoles y conducidos por George Washington, lograron derrotar a su antigua metrópoli en Saratoga un año más tarde y Yorktown en el 1781 Dos años después se firmaba la Paz de Versalles por la que Gran Bretaña reconocía la independencia de los Estados Unidos.
A pesar de la extensión del texto, se resalta:
“Todos los hombres son iguales, y han sido dotados por el Creador con ciertos derechos inalienables; entre ellos el derecho a la vida, la libertad y la consecución de la felicidad; y para asegurar estos derechos, los gobiernos se instituyen entre los hombres, derivando su poder del consentimiento de aquellos a quienes gobierna”
Quizás, el pueblo americano es quien se tome más a pecho el sentido de la Declaración, su bandera, y su significado de libertad e igualdad ya que, en su cometido esta, el de servir al pueblo y otorgarle los derechos arriba recogidos. Quizás en los tiempos que corren, hay que tomar como ejemplo la dedicación del histórico texto, y mirar a lo que el pueblo pide y lo que pueblo demanda. Tal vez, habría que invertir en la felicidad de la sociedad y basarse en su derecho a ser iguales, ya que nuestra constitución actual el primer capítulo tiene el mismo fundamento.
Para eso, los gobernantes americanos firmaron en la Declaración:
Y en apoyo de esta Declaración, con absoluta confianza en la protección de la Divina Providencia, empeñamos nuestra vida, nuestra hacienda y nuestro sagrado honor.

Reconsideren aquellos de aquí que juran por nuestro bienestar.