Rondos venecianos cubiertos de máscaras, canales por calles
y góndolas sus carrozas del amor. Republica bella italiana…. Así es Venecia. Un
arsenal que crea la ilusión de los capitanes marinos y fervor a Dios rodeado de
iglesias. Pero es un arco del 1600 lo
que crea la mayor fantasía del romántico, el Ponte dei Sospiri. El puente donde se crean los suspiros
más eternos y verdaderos. Es sin duda el pasaje más romántico de toda esta
ciudad y no es de extrañar que todas las fotos quieran ser tomadas desde sus
canales y bajo esta perspectiva . Si la piedra caliza de esta maravilla hablase,
contaría historias de enamorados sellando su amor cargado de ilusiones futuras.
Seguramente, los gondolieris entonarían su “O sole mio” creando la más
caprichosa estampa de la Serenísima. Incluso, escenas de recogimiento y respeto,
de fantasías creativas y momentos para el recuerdo. Pura magia para el viajero.
El mar mediterráneo se ve deslumbrada por los brillantes
destellos de los caballos dorados que presiden la basílica de San Marcos… una
catedral mirando al mar junto al puente suspendido sobre el canal…
Y es que Cádiz… es la bella del occidente. Es la tierra
prometida del coplero y la peregrinación del creyente. Es la roca ostionería
protectora de la ciudad y sus calles atraen el romance del XVII con el crisol
de culturas que quisieron dejar su huella aquí. No tiene caballos dorados, pero
si una catedral que besa el mar y las mantiene serena ante los temporales. Sus
astilleros dan el pan al gaditano que tanta falta nos hace, y aun así, pasando
tantas penurias, siempre tenemos ganas de entonar alguna coplilla de la tierra.
Tendremos un puente, sí. Uno que recogerá los suspiros de todo aquel que mire a
las nubes. Se llevara las cartas de amor del enamorado y las ideas del
estudiante para que se hagan realidad.
Pero no puedo engañarles, el puente de los suspiros
veneciano no es una fábula romántica, es un puente que une el palacio Ducal con
la prisión de la inquisición , y todos los que pasaban por allí suspiraban por
que no verían más el cielo ni el mar…gozaban de esa gran vista , para
despedirse… y para eso se está construyendo este puente de La Pepa… para
disfrutar de este cielo , para caminar sobre mar , pero también será.. Para no
volver a verte Cádiz hasta que la condena de esta nueva inquisición a la que
estamos sometidos, nos deje volver a entrar.