domingo, 29 de diciembre de 2013

Bye thirteen

No dejo de ver comentarios, publicaciones o tweets , de muchísimas personas , que expresan su deseo de que el 2013 acabe de una vez , y deje paso al 2014 . Totalmente compresible, es normal que nosotros no estemos pasando nunca por el mejor momento, dícese, por ejemplo, de que la luz subirá para el próximo año. El año 2013 deja atrás momentos amargos y personas que nos dejaron, deja lugares que no pudieron ser visitados y momentos que ojala pudiésemos haber vivido, y nunca supimos que es lo que fue estar allí. Deja personas que podían haber seguido en nuestra vida, pero como todos los cruces en los senderos, anduvimos por el camino  que creímos correcto. Podría darse la ocasión supersticiosa, de que un año acabado en esta cifra, debía de tener algo de mala suerte en sus días, y probablemente, la feroz guadaña del paro sesgó la vida laboral de muchos, dejándoles sin su principal sustento.

El año que dejamos, incluso pudo haber venido con un accidente, de coche, de moto, o incluso de palabras que jamás debieron ser pronunciadas. De visitas al médico con miedo, o a urgencias presa del pánico. Podemos pasar lista, y venirse miles de recuerdos negativos.

Nada, y repito nada, puede calmar y reconfortar lo que ha sucedido y,  ya nadie puede cambiar, lo sufrido y lo mal experimentado. Sin embargo, y a la vista de que pueda equivocarme, el balance del año debería de ser más exhaustivo, y pensar que no todo fue malo. En algún momento de este año, hemos tenido que vivir algo que mereciera la pena recordar. Algo que colgar en la pared bajo la fecha del 2013, sin hacer falta más. Tal vez un momento, una palabra o una experiencia. Quizás, podamos recordar una llamada, una llamada tras mucha agonía que decía “mañana te incorporas” y comenzar una andadura laboral con muchísima ilusión y ganas. Sin embargo, muchos cogen el toro por los cuernos y no se dejan amedrentar por el paro, y son capaces de ser sus propios jefes. Llegan consejos de muchísimas personas que te ayudan a crecer cada día, y de relevos laborales para que todos tengamos las mismas condiciones.

Puede que el año se caracterice por un mensaje del móvil que dice “estamos de parto “, y venir acompañada con un llanto que solamente trae felicidad. Por recibir grandes noticias y grandes momentos de la mano de la persona que quiere seguirte a todos los lugares que te propongas, por aguantar tus tonterías y por estar a tu lado día tras día. Habrá que considerar que cada año pasado con la persona que amas, no es un año triste.

Para los más cofrades, este año no ha sido el más jubiloso, pero seguro que el reconocimiento de las cosas bien hechas está presente. Que ninguna lluvia impida que una persona renuncie a sus principios a la caridad de su fervor, ya que, llegaran momentos mejores, como una magna o un Mater Dei. Que el aroma a Nardo que venía de Triana nunca se apague, ya que son miles de pensamientos los que me llegan por ese Jueves Santo Madrugá . Una mirada cargada de Esperanza bastó para unir a muchos cofrades en una sola oración, de la que no se si en los mentideros cofrades se recordará… pero que los que estuvimos tras su manto, nunca lo olvidaremos.
Cada camino, cada travesía por la vida, no solo deja amigos y situaciones, también los trae. Vienen nuevas amistades por las que merece la pena pensar, las que recordar cada dos por tres en las redes sociales  o en algún lugar donde encontrarlos... Tal vez pudieron llegar segundas oportunidades que dan paso a la amistad verdadera, incluso, algún beso robado, que recuerdan otros años.

Siendo egoísta en este último comentario, unos de mis mejores momentos del 2013 estuvieron cargados de emoción, de nervios, de amigos y coplas, que vinieron acompañados con la conocida frase de “en la ciudad de Cádiz…” Jamás podre olvidar esa madrugada del 9 de Febrero cuando las lágrimas, juntos con la Madrugá , afloraron como las de un niño . Mi barco consiguió su botín, repleto de nuevos compañeros carnavaleros, de personas que comparten mi misma afición, de respeto a los demás.

Ojala, el año que dejamos en el cajón nos enseñe que el próximo, este cargado de oportunidades, de deseos cumplidos, y por supuesto, siempre, con lo mejor de las personas.

El 2013 solo debe de ser recordado con aquello que no deseáis olvidar.
Feliz 2014!